La búsqueda de una mayor producción de alimentos y el cuidado del ambiente no son conceptos excluyentes, sino complementarios, dijeron Ministros de Agricultura de las Américas antes de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 26), que se realizará a partir de la semana próxima en Glasgow, Escocia.
En un Diálogo de Alto Nivel sobre Cambio Climático en el Sector Agropecuario, los ministros y secretarios de Estados Unidos, Ecuador, Panamá, Santa Lucía, México y Brasil –junto al Director General y el Subdirector General del IICA, coincidieron en la necesidad de que exista una más activa participación del sector agrícola en la agenda climática y en que los productores sean protagonistas de las transformaciones que impone la sostenibilidad.
Los consensos ratificaron otra vez la visión colectiva de los gobiernos de la región, que en septiembre pasado concurrieron a la Cumbre de Sistemas Alimentarios de las Naciones Unidas con un documento de 16 mensajes que resumieron una posición común sobre el rumbo que deben tomar las transformaciones en el sector.
El continente americano fue, de esa manera, el único que llevó a la cita global una posición convergente, alcanzada luego de un extenso proceso de discusión coordinado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
Los participantes en el Diálogo de Alto Nivel sobre Cambio Climático en el Sector Agropecuario, convocado por el IICA y realizado de manera virtual, fueron Tom Vilsack, Secretario de Agricultura de los Estados Unidos; Pedro Álava González, Ministro de Agricultura y Ganadería de Ecuador; Augusto Valderrama, Ministro de Desarrollo Agropecuario de Panamá; Alfred Prospere, Ministro de Agricultura, Pesca, Seguridad Alimentaria y Desarrollo Rural de Santa Lucía; Víctor Villalobos Arámbula, Secretario de Agricultura y Desarrollo Rural de México y Cleber Oliveira Soares, Subsecretario de Innovación, Desarrollo Rural y Riego de Brasil.
La apertura y el cierre estuvieron a cargo de Manuel Otero, Director General del IICA, mientras que Lloyd Day, Subdirector General del Instituto, fue el moderador.
“Nuestros productores agrícolas se han visto afectados por la pandemia y también por incendios forestales, sequías y condiciones climatológicas cada vez más impredecibles. Es fundamental enviar el mensaje de que comprendemos la necesidad de actuar en forma colectiva y colaborativa para construir resiliencia, respetando tanto a los pequeños productores como a las grandes empresas agrícolas”, dijo Vilsack.
El secretario de Agricultura de los Estados Unidos valoró el papel del IICA para defender la participación del sector agrícola en las negociaciones de políticas y subrayó la importancia de la investigación y la innovación para atender los efectos del cambio climático.
“Los líderes de la agricultura en nuestro hemisferio nunca estuvimos tan atentos a la relación entre agricultura, comercio, cambio climático y sostenibilidad. Con el liderazgo de IICA vamos a estar a la altura del desafío no solo en la COP 26, sino en el futuro”, concluyó Vilsack.
“Todos los países productores de alimentos debemos tener claro que el cambio climático va a modificar todo”, advirtió Álava González, quien hizo un repaso de las iniciativas de adaptación llevadas adelante por el gobierno ecuatoriano.
Álava González enumeró las amenazas que el cambio climático coloca sobre la agricultura, como la aparición de nuevas plagas y enfermedades y las alteraciones de los drenajes de los suelos por el aumento del nivel del mar. “Lo que suceda en Glasgow –dijo- va a ser orientativo sobre el camino que tenemos que recorrer”.
Prospere explicó que Santa Lucía –como pequeño estado insular altamente vulnerable al cambio climático- ha visto afectada gravemente su seguridad alimentaria debido a la ocurrencia de eventos meteorológicos extremos. Recordó, en ese sentido, el impacto en el Caribe del huracán Tomás, en 2010, que para Santa Lucía significó pérdidas por el 4,3% de su PBI.
“Entendemos la importancia de limitar el aumento de la temperatura global a un máximo de 1,5 grados. El costo de la inacción o de la acción insuficiente será imposible de soportar. Santa Lucía proyectas pérdidas del 12% su PBI para 2025, el 25% para 2050 y la mitad para 2100 si no actuamos”, afirmó el ministro caribeño, quien dio detalles de las estrategias de adaptación sectoriales y los planes de acción que se están llevando adelante en su país.
El ministro Valderrama hizo énfasis en la necesidad de cambiar las formas de producción para disminuir la emisión de carbono, pero advirtió que el proceso de transición debe ser justo: “Los que más responsabilidad tienen deben aportar más y apoyar a los países en desarrollo, donde las consecuencias del cambio climático son desastrosas, ya que han generado un aumento de la pobreza y la desigualdad y han afectado la productividad”.
“Estamos dispuestos a colaborar siempre y cuando se nos den recursos, de manera que nuestros agricultores no se vean en la necesidad de destruir los bosques, que son captadores de carbono”, agregó.
Oliveira Soares explicó las acciones realizadas en las últimas décadas por Brasil en el desarrollo de sistemas agropecuarios bajos en carbono. “Hoy –resumió- somos un gran productor sostenible de alimentos para todo el mundo, con base en la ciencia, las tecnologías y la innovación. Nos propusimos, entre 2010 y 2020, llegar a 35 millones de hectáreas de sistemas bajos en carbono, a partir de la implementación de seis tecnologías. Pero ya superamos el objetivo y llegamos a 52 millones de hectáreas”.
El subsecretario brasileño explicó que su país se compromete a acelerar la descarbonización de su agricultura y contribuir a la de toda América, de manera de ir hacia la carbono-neutralidad en 2050, para promover tanto la seguridad alimentaria como la seguridad climática.
A su turno, el secretario de Agricultura de México dijo que corresponde a los gobiernos, a través de políticas públicas, programas y acciones, vincular a los productores del sector agropecuario con la innovación y el conocimiento, con el fin de superar los retos del cambio climático y lograr así la conversión de la agricultura en una más productiva y sustentable.
Villalobos Arámbula señaló que el desafío es transformar la agricultura sin perder capacidad productiva: “Tendríamos que incrementar la producción en la misma superficie, pero con menos uso de los recursos naturales: agua y nutrientes del suelo. Las buenas prácticas agrícolas tienen que ser compartidas con todos los países para que, progresivamente, podamos ir migrando de una agricultura altamente dependiente de fertilizantes agroquímicos hacia una agricultura mucho más sustentable”.
Por su lado, Otero, advirtió que la COP 26 será un mojón muy importante para el mundo y para las Américas en particular.
El Director General del IICA señaló la importancia de la posición convergente que el continente presentó en la Cumbre de Sistemas Alimentarias y, en esa línea, consideró que una participación articulada y cohesionada de las Américas en la COP 26 es esencial para el logro de los objetivos globales en el combate al cambio climático y para asegurar que la producción de alimentos no se vea amenazada por una estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera.
“El sector agropecuario tiene que asumir responsabilidades y acciones sin desistir de las otras metas también muy relevantes. La adaptación y mitigación son dos lados de la misma moneda y, aunque la adaptación es sin duda la prioridad para el sector, mitigar implica a su vez limitar los impactos y por lo tanto la necesidad de adaptarnos más y mejor a lo que ya está ocurriendo”, agregó Otero.
“Al final del día –cerró-, todos sabemos que la agricultura es parte de la solución y juntos avanzaremos más rápido, en forma más efectiva y mejor. Esto, más que una oportunidad, en este momento y en estas circunstancias, representa una responsabilidad para con la problemática global y, en especial, con el futuro de nuestra región”.