Las oportunidades están en Honduras
Santa Ana, La Paz, Honduras. La historia de Santos Velásquez, está muy relacionada con la palabra, esperanza, pero también con la perseverancia que significa firmeza y constancia en la manera de ser o de obrar por lo que anhelamos o deseamos. Y es que Santos, al igual que muchos jóvenes de áreas rurales, tuvo que emigrar de su comunidad a la ciudad de San Pedro Sula y posteriormente a San Salvador, El Salvador, en donde por sus apegos familiares y la falta de oportunidades, tuvo que regresar a casa, al lugar donde están sus raíces y su familia, quién según él es lo más valioso de la vida.
Al regresar a su comunidad, inició con un taller de reparación de bicicletas y luego pasó a las motos, con dificultades: “Tardé varios años en aprender a reparar un motor, un amigo me ayudaba a resolver problemas; era difícil económicamente porque ganaba muy poco, tenía la idea de irme de nuevo, pero tuve la esperanza que todo iba a cambiar”, recordó con nostalgia.
A finales de 2020 participó en un curso de tres meses para emprendedores y entró a un concurso de planes de negocio y fue uno de los cinco seleccionados, por lo que el Programa ProJoven, le dio un kit de emprendimiento que tenía soldadora, desarmadores y cubos, justo lo que necesitaba para desarrollar efectivamente su negocio.
Con estas herramientas él puso en práctica sus sueños de niño, especialmente por la mecánica: “Desde chico me gustaba descubrir cosas y también las motos, tanto que cada vez que yo armo una, siento una emoción nueva, pero ocupaba apoyo porque los clientes me traían una motocicleta y yo no podía repararla”, expresó Santos, sentado en su taller “Jonathan”, ubicado en el municipio de Santa Ana, La Paz, Honduras.
De tener 25 clientes, ahora ya ha atendido a más de dos mil personas, gracias a la formación profesional en emprendimientos, promovida por el Proyecto Oportunidades Rurales y el Programa Nuestra Cuenca Goascorán; así como a un kit de emprendimiento entregado por el Programa ProJoven.
Sueño catracho
Con alegría, Santos narra sus cambios de vida: “Hoy me siento alegre porque el futuro de Estados Unidos también está en Honduras, mis ganancias semanales aumentaron siete veces más, en temporadas de cosecha de café tengo que contratar hasta cinco ayudantes. Mi familia tuvo un gran avance, mi esposa terminó sus estudios de enfermería y yo de bachiller. También empezamos con una idea de un comedor, ya casi está construido, lo teníamos hace tiempo, pero hasta ahora se dio la oportunidad”.
El plan de negocios reveló que el taller más cercano estaba a una hora de la comunidad y le ayudó a aprovechar clientes institucionales como personal técnico de los proyectos, mancomunidades y alcaldías, por lo cual, Santos legalizó su empresa para atender este segmento del mercado. Estos resultados se lograron gracias al apoyo de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), a través de los programas ProJoven (implementado por Swisscontact) y Nuestra Cuenca Goascorán, así como del Proyecto Oportunidades Rurales, financiado por Global Affairs Canada (GAC) e implementado por Swisscontact.