Pandemia no detuvo al agro
Tegucigalpa. Los esfuerzos de Honduras por desarrollar su agricultura, en medio de la pandemia y el embate de los eventos meteorológicos extremos que afectaron al país en el 2020, tienen eco internacional y eso se confirma con la participación del presidente Juan Orlando Hernández en la apertura de los diálogos que impulsa el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) para promover la voz activa del sector en la Cumbre de Naciones Unidas sobre Sistemas Alimentarios.
La conferencia del presidente hondureño se realizará la semana de marzo en la sede central del IICA, en Costa Rica, y contará con la participación de las principales autoridades agropecuarias centroamericanas, según acordó el Consejo Agropecuario Centroamericano (CAC, formado por los ministros y secretarios de agricultura de la región) en febrero pasado.
La cumbre de la ONU sobre sistemas alimentarios se realizaría en el cuarto trimestre de este año, un evento en el cual el IICA busca resaltar el importante papel de los agricultores en estos sistemas de producción y de las políticas agropecuarias basadas en ciencia. Además, destacar al agro como parte de las soluciones y no de los problemas para una mayor sostenibilidad.
Franklin Marín, Representante del IICA en Honduras, manifestó que la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) de este país y las instituciones conexas han hecho un esfuerzo significativo para enfrentar la pandemia y los problemas asociados al agro estructuralmente, tratando desde el 2019 de modificar la base de creación de valor.
“Pese a la pandemia de COVID-19, la mayor parte de los productos se produjeron localmente y no hubo una importación de granos para sobrevivir, eso demuestra que la prioridad del Estado ha sido garantizar la base productiva de la seguridad alimentaria”, expresó.
Marín agregó que la agricultura nunca paró durante la pandemia y el gobierno aseguró que los agricultores tuvieran su bono y que los cafetaleros tuvieran el apoyo para fertilizar y garantizar la cosecha, entre otras acciones.
“Esa respuesta gubernamental pone a Honduras en un puesto relevante dentro de la perspectiva de las naciones latinoamericanas en inversión para el sector agrícola y el desarrollo rural”, afirmó el Representante del IICA en este país. Explicó que antes el bono de seguridad productiva consistía en maíz y frijoles, mientras actualmente los agricultores reciben cítricos, ajonjolí, pitaya, rambután, aguacate y otros cultivos, según la zona, lo que ayuda a resolver la alimentación en el corto plazo y la generación de capital en el largo plazo.
Apoyo del IICA a Honduras
En el 2020, el IICA en Honduras apoyó la administración del Bono de Solidaridad Productiva (BSP), iniciativa que entregó unos 66 000 bonos de maíz, frijol, sorgo y fertilizantes a productores, así como otros insumos con los que se pretendió contribuir a la seguridad alimentaria y nutricional de la población y promover la diversificación productiva y de ingresos.
Otra contribución clave fue la asistencia técnica y administración del Bono Cafetalero, que permitió proveer fertilizantes a 91 462 productores, localizados en 15 departamentos y 222 municipios del país, en alianza con el Instituto Hondureño del Café (IHCAFE).
También durante el periodo 2019-2020, el IICA en Honduras también continuó con la gestión del Programa Alimentos para el Progreso (PAP), que cuenta con el apoyo financiero del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) e implementó 19 proyectos: seis ejecutados por el sector privado y 13 por dependencias de la SAG.
En Honduras, el Programa PROCAGICA (financiado por la Unión Europea e implementado por el IICA en Centroamérica) se ejecuta en cuatro municipios del departamento de la Paz (Marcala, San José, Santa María y Chinacla), en donde se implementó un Sistema de Alerta Temprana (SAT) para el manejo de la roya, se establecieron 25 fincas demostrativas para promover el uso de tecnologías como el manejo de tejidos, suelo y agua; y se brindó asistencia técnica y capacitación a 750 familias productoras por plataformas como redes sociales y de mensajería.
Por su parte, con el proyecto Gestión del Conocimiento para la Adaptación de la Agricultura Familiar al Cambio Climático (INNOVA AF), se ejecutaron dos propuestas financiadas: una para el IHCAFE, que contó con una participación de 300 familias y que busca promover y aplicar tecnologías agrícolas adaptadas al cambio climático; y otra con la Red Comal, con la participación de 208 familias, en la que se inició un proceso para el desarrollo e implementación de una política de género y la sistematización de experiencias sobre prácticas agroecológicas.