Exitosa experiencia agroecológica
En Honduras, en los últimos años los agricultores están soportando los efectos del cambio climático, que ha traído como consecuencia, irregularidades en el periodo de lluvias, sequías, fuertes vientos, aumento de plagas y enfermedades, altas temperaturas, empobrecimiento de los suelos y aceleración de procesos irreversibles de erosión.
En este contexto se implementa el Proyecto “Generación de capacidades para la reducción al impacto del cambio climático en los medios de vida de las familias localizadas en dos mancomunidades del departamento de La Paz”, que ha generado muy buenas enseñanzas, que han sido rescatadas mediante un proceso reflexivo de sistematización.
Esta experiencia inició con un grupo de jóvenes dedicados a la siembra de maíz, frijol y solo un 15% de las familias cultivaban hortalizas y algunas de ellas, en la zona alta de la comunidad cultivaban pequeñas parcelas de café, que muchas veces se constituía en el único ingreso monetario de la familia, bien sea por la venta del grano o la venta de mano obra en la época de cosecha del fruto.
Desde el inicio del INNOVA Agricultura Familiar en Honduras, promueve la agroecología como modelo productivo que incorpora ideas de sistemas de producción y prácticas más ligadas al medio ambiente. Su lógica está centrada no solo en la productividad y generación de ingresos sino también en la sostenibilidad ecológica, respeto a la vida de los ecosistemas y seguridad alimentaria.
Primeras acciones
Se orientaron a la gestión del talento del territorio mediante sensibilización y desarrollo de capacidades en temas como: la agroecología, la gestión del agua y la planificación de fincas familiares agroecológicas.
El proceso incluyó la transferencia de habilidades, destrezas y conocimiento para la construcción de tanques de ferrocemento, filtros para aguas servidas y establecimiento de sistemas de micro riego, como tecnologías fundamentales en la transición de la agricultura convencional a una agricultura agroecológica. El esfuerzo tecnológico se complementó con la producción de bioinsumos como el sulfocalcio, microorganismos de montaña, el M5, el Bocashi y el Camizinc.
Para la generación de ingresos, fue necesario diversificar la producción mediante, el aumento de las áreas de producción de hortalizas, especialmente lechuga tomate y chile, la construcción de galpones para gallinas, árboles frutales de diferentes especies, la producción y venta de plántulas de hortalizas, bajo estructuras protegidas y el fortalecimiento de la biofábrica.
Mediante la metodología de productor a productor, fue posible escalar a mayor número de familias, los beneficios de la experiencia. Hoy en día, la mayoría de los productores de la comunidad del Pelón, hacen un uso eficiente del agua, protegen la vida de los ecosistemas y pueden mostrar la recuperación de la vida del suelo.
Resultados
Al cabo de dos años de proyecto los jóvenes se constituyeron como empresa de abonos orgánicos “Planta Verde” mediante la cual continua la venta de bioinsumos, especialmente para los socios del grupo, quienes han aumentado no solo sus áreas de producción sino también su productividad y sus ingresos hasta en un 65% en comparación con el inicio del proyecto. Con el apoyo técnico de otras instituciones, con quienes se crearon alianzas durante la vida del proyecto, se han agilizado los procesos de venta mediante comercio electrónico para una parte de sus productos.
El énfasis de sus ingresos está en la venta de plántulas de hortalizas producidas en estructuras protegidas de las cuales se entregan al menos 10 mil plántulas mensuales. También se venden al menos 4 mil libras de hortalizas mensuales especialmente lechuga, chile verde y tomate. Desde la biofabrica se producen y venden 100 litros mensuales de fertilizante foliar y entre 30 a 150 quintales de abono sólido, dependiendo de la temporada.
En general se ve un estado de bienestar en la comunidad, se ha mejorado la dieta y la disposición de alimentos en las familias, un aumento en los ingresos familiares, mayor y mejor utilización de la mano de obra familiar en sus parcelas productivas propias.
De manera general, se ha creado una conciencia ambiental en los habitantes del territorio, que permite una gestión integral de los recursos naturales que está recuperando la salud de los agroecosistemas.
Aprendizajes
Con el INNOVA-AF se logró el establecimiento, difusión y adopción de la tecnologías y prácticas de agroecología, mediante la metodología de aprender haciendo, que generó capacidades que después permitieron escalarlas a nivel comunitario con la metodología de campesino a campesino.
Se obtuvieron mejoras en la eficiencia productiva en el sentido que hay menor tiempo invertido en las actividades agrícolas, reducción en el consumo de agua, y mejoras en la producción en términos de calidad, cantidad y constancia en la entrega a los mercados.
Esto fortaleció la vinculación a mercados dinámicos como supermercados, lo que les ha obligado a salir de la economía informal y legalizarse como empresa. Con los sistemas de riego, se logró disminuir la carga de trabajo de la mujer, destinado más tiempo al ocio, cuidado de los hijos y participación comunitaria. Una menor contaminación ambiental con el uso de filtros de reciclado de aguas grises, mejoras en la salud y vida de las familias con la diversificación e inclusión de nuevos productos en la dieta.
La gestión integral de recurso hídrico ha permitido continuar con prácticas de planificación en el uso del agua, tales como: reforestación y protección de la microcuenca, establecimiento de sistemas agro o silvopastoriles, pago por servicios ambientales, legislación en el uso del agua. Legalizarse como empresa “Abonos Orgánicos Planta Verde” e incorporarse a las redes sociales, permitió vincularse en el espacio virtual con actores interesados en temas de desarrollo rural y procesos agroecológicos. Su página de Facebook les ha permitido construir una red de compradores, consumidores, agentes de cooperación técnica y financiera que se han acercado a la empresa, lo que les obliga a mantener la página actualizada.
Esta es una experiencia fabulosa, llena de aprendizajes los agentes de desarrollo, deberían hacerla trascender en otros territorios para alcanzar el estado de bienestar que todos aspiramos para el medio rural.
Esta experiencia se desarrollo en el marco proyecto “Gestión del conocimiento para la Adaptación de la Agricultura Familiar al Cambio Climático (INNOVA-AF), impulsado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), con el apoyo financiero del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y ejecutado por la Red Comal.