Bananas Ecuatorianas entre Bruselas y Beijing
José Antonio Hidalgo, Director Ejecutivo de la Asociación de Exportadores de Banano del Ecuador (AEBE)[1]
Según estudios de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) Latinoamérica concentra el 33% de la producción de bananos del mundo. Aunque inicialmente esta industria de exportación de banana fresca nació en Centroamérica, desde 1985, Ecuador se viene posicionando como el principal productor de bananas en América Latina. En el año 1985 hasta el año 2000, Ecuador creció de un millón de toneladas de exportación de bananos a 3.6 millones. Ya en el año 2019, previo a la crisis de COVID-19 Ecuador alcanzó una producción y envío de 6.9 millones de toneladas de bananas al mundo, consolidándose globalmente como el mayor exportador.
Al 2023, Ecuador ha experimentado una serie de transformaciones en su industria bananera que no solamente se orientan a permanecer como líder exportador, sino también a aerodinamizar la cadena de suministro del banano según los desarrollos en los mercados de exportación.
José Antonio Hidalgo, Director Ejecutivo de la Asociación de Exportadores de Banano del Ecuador (AEBE)[1] y Coordinador del Clúster Bananero del Ecuador, nos brinda algunas interioridades de lo que AEBE ha estado trabajando para poder lograr una mayor competitividad en Euro-Asia, pese a los problemas sistémicos derivados del COVID-19, la digitalización, la amenaza del fusarium, y el balance geopolítico.
¿José Antonio, cómo se ha vivido la situación de COVID-19 en los campos bananeros del Ecuador?
José Antonio Hidalgo: AEBE ha estado muy activa, pues en su momento se adoptó una estrategia para todas las fincas, a modo de protocolos, para asegurar la continuidad de la producción. En primer lugar, se vienen haciendo acciones de prevención entre la fuerza laboral de campo, especialmente, para asegurar atención médica oportuna y ayuda pronta y oportuna para el trabajador y su familia. Y hasta hoy en día se están haciendo énfasis diariamente en los protocolos de seguridad tanto para disminuir el riesgo de contagio del virus COVID-19 (recordemos que aún se propaga) y para evitar la presencia del Fusarium R4T. Estos protocolos están basados en herramientas informáticas que brindan una trazabilidad digital, abarcando aspectos desde la elaboración del cronograma de trabajo, enfunde, empaques, (hablamos con las cartoneras para asegurar el envío del material) y con las navieras para confirmar el espacio, y otro elemento del que se habla poco, una comunicación continua con los importadores para verificar la recepción de la carga y el pago de la misma, dado que todo el entorno económico se complica por las bajas laborales y por otro lado por la amenaza de bioseguridad de Fusarium.
Desde inicios de la pandemia, hasta hoy en día, vivimos en un ambiente de coordinación, 24 horas 7 días, resolviendo problemas de congestionamiento en los centros portuarios y coordinando con el Gobierno la llegada de la carga y la entrega de los certificados para el envío del banano. Jamás se descuida el tema de los protocolos de bioseguridad y esto nos asegura que la reducción de la producción dada por el desencadenamiento del COVID-19 y ahora por la amenaza del Fusarium R4T no sea significativa.
¿AEBE ha emprendido muchas acciones en la Unión Europea, José Antonio nos puedes comentar como ves el set de legislaciones del “Green Deal” y de sus efectos en la competitividad de la industria bananera del Ecuador?
José Antonio Hidalgo: En este punto quisiera ser muy optimista pero la realidad es superior a la idea que se pueda tener de que no habrá consecuencias para el negocio bananero. El “Green Deal” se forja sobre una aspiración política de transición justa por parte de la Unión Europea de asegurar la salud de sus pobladores mediante el consumo de alimentos con la menor carga química. Eso es un deseo que compartimos inclusive para nuestros países en el sur global. Pero hay que tener en cuenta que el “Green Deal” se basa en una política de accesibilidad permanente de productos agrícolas que la Unión Europea no produce, pero a un costo que no implique variaciones económicas para los consumidores europeos y que no que pongan en peligro su estabilidad social y política. Esto es una cara de la moneda. Pero la otra cara, para los países productores, eso equivale a no reconocer un precio justo por el esfuerzo que se hace para cumplir con su set de normas de producción, de calidad, de sobre-certificaciones que ponen en una alta presión al lado de la producción y a todos los involucrados en la cadena de suministro. Hay que tomar en consideración que, en diferentes latitudes, existen diferentes necesidades. Y debe haber responsabilidad compartida.
Entre el 2020 y el 2021, la Unión Europea impuso nuevos LMR’s a nueve moléculas, y también la prohibición de uso a dos de ellas: Imazalil y Chlorpyrifos, indispensables para evitar la pudrición de la corona de la fruta y evitar la presencia de las plagas durante el enfunde. Con estas moléculas se aseguraban que la fruta llegara a la Unión Europea en las condiciones necesarias para su posterior maduración y venta en los supermercados y tiendas minoristas. El sector bananero ecuatoriano está produciendo bajo estos nuevos requisitos con la aplicación de productos que no contengan estas moléculas, pero esto tiene un alto costo en cuanto a productividad, y que no son compensados con el precio. Además, la Unión Europea, mantiene su política de reducir en lo más posible sus ciclos de fumigación. De hecho, los ciclos de fumigación en el Ecuador son menos de la mitad que lo que se dan en Centroamérica y se está optando por la agricultura de precisión para realizar con mayor eficiencia los controles de plagas.
Para asegurar nuestra rentabilidad como industria ante la emergente política del “Green Deal” como Asociación, AEBE, en trabajo conjunto con el task force de Latinoamerica con el cual hemos venido trabajando de manera conjunta conformado por paises como Colombia, Guatemala, Costa Rica, Republica Dominicana, Honduras, Peru, ha concebido la figura de una “Declaración Conjunta” para llamar la atención del Parlamento Europeo y así visibilizar que ante esta nueva política pública europea que debemos de seguir, cambia los procesos de producción e incrementan nuestros costos. Entonces necesitamos la debida reciprocidad para que se reconozcan precios justos al momento de exportar. También dicha declaración promueve la cooperación regional en la lucha contra el Fusarium R4T y sigatoka negra, así como la lucha en contra del narcotráfico en contenedores de exportación.
José Antonio, tú también eres miembro del directorio de la de la Cámara De Comercio Ecuatoriano-China[2], ante las negociaciones de un TLC exclusivo entre Ecuador y China ¿Qué perspectivas comerciales tendrá AEBE para impulsar el banano ecuatoriano en el gigante asiático?
De forma general esperamos mejorar nuestra condición para ingresar a ese mercado con un arancel reducido y competir, en este tema, en igualdad de condiciones con los otros proveedores asiáticos de ese mercado, por ejemplo, poder competir con Filipinas, y otros productores de banano en el vecindario. Claro está que se debe trabajar internamente sobre políticas publicas que reduzcan la presión de nuestro sector y mejoren competitividad.
Existen fuertes distribuidores chinos de fruta fresca, que cada vez buscan lograr una menor intermediación y llegan hasta el Ecuador a comprar bananas. Y a su vez, tenemos productores nacionales, dedicados exclusivamente al mercado asiático.
Para considerar a China como mercado, tenemos que ver no solamente el futuro, sino también el presente. A través de la negociación del TLC Estamos trabajando en reducir las cargas arancelarias de exportación de banano para salir al mercado chino, y cuando esto se concrete, tenemos una gran posibilidad de crecimiento. Cada vez más, China está exigiendo productos importados de países que tienen una ventaja comparativa en sus productos agrícolas y agroindustriales, porque saben que el país que los produce, tiene un grado de especialización en el tema, y los chinos confían en esto.
China ha venido cambiando su modelo económico a lo largo del tiempo. Actualmente, es un mercado de aproximadamente 900 millones y hay una previsión que para el 2030 todos estos consumidores chinos tengan acceso a todo tipo de alimentos importados de alta calidad en las vitrinas de portales de comercio electrónico. Esto va de la mano con la estrategia de urbanización de China, pues el país busca urbanizar entre el 25% hasta el 65% de su territorio, y así provocar un efecto de crecimiento de su clase media que dinamice el consumo interno. ¿Qué tiene que ver esto con la exportación de bienes agrícolas? Pues que habrá menos espacio para cultivos agrícolas, entonces China apuesta mucho a la importación de alimentos de países que tienen la ventaja competitiva y por ende la experiencia en producir ese bien. Per sé China tiene un déficit alimentario. En Ecuador vivimos esto, pues desde el 2019 recibimos a todos los compradores de Alibaba, entre otros portales de comercio electrónico relevantes. Constantemente, el gobierno chino está impulsando que sus ciudadanos tengan una gama de productos agroalimentarios de alta calidad a un click de sus necesidades.
A la mano de esta tendencia, como AEBE estamos trabajando en una estrategia para reconocer todos esos espacios y así mismo que a lo interno de China se reconozca el banano ecuatoriano como una fruta de alta calidad. Hemos participado activamente promoviendo que se dé un TLC entre Ecuador y China y así conseguir una reducción arancelaria que nos permita competir de mejor manera. La firma del acuerdo nos va a dar un gran paso a este mercado. Estuvimos muy activos también como parte de los gremios técnico de soporte en la cumbre empresarial que China organiza para América Latina, porque a su vez buscamos nuevas tecnologías para apoyar la producción local. De forma general, vemos los intereses del sector privado, de la mano con la agenda de políticas públicas. En Ecuador trabajamos articuladamente. Hay muchas cadenas ganadoras que se abrirán paso en China y en Asia en general.
Estas son nuestras experiencias en Euro-Asia. Nos adaptamos a los desarrollos de los mercados y damos la importancia que cada uno merece. Pero sobre todo, también velamos por los intereses de nuestra industria.
Autora: MSc. Melina Armijo. Consultora en Agronegocios Internacionales, Desarrollo Rural, Cadenas de Valor y Compradores Internacionales.
[1] https://www.aebe.com.ec/
[2] https://camarachina.ec/