“Un nuevo aire de esperanza llegó y lo cambio todo”
- Este joven emprendedor de 24 años, es un ejemplo de trabajo y superación.
Comunidad de Marilica, municipio de Pespire, Choluteca, Honduras. A sus 24 años, Onán Espinoza, es un testimonio de vida que, si existen las segundas oportunidades, solamente hay que seguir intentándolo y nunca darse por vencido. Y es que Onán, estaba a punto de culminar su carrera de ciencias policiales; sin embargo, un accidente en motocicleta lo apartó de este objetivo profesional; su recuperación fue lenta y los golpes internos le impidieron desempeñar su profesión, por lo que regresó a su comunidad, a vivir con su abuela.
Fue en la comunidad de Marilica, donde comenzó a manejar una pequeña finca de ganado: “La demanda de leche es muy baja en la zona y para nosotros los jóvenes productores es difícil, los grandes hatos producen suficiente leche y tienen buenos contratos”, exclamó. En su caso no encontraba materia prima para arrancar su emprendimiento. “De remate, por nuestra finca pasa una quebrada y cuando se desborda en invierno no puedo vender la leche”. La ganadería láctea a pequeña escala es ineficiente y poco competitiva, pero este joven de 24 años, “tuvo leche”, que en la jerga hondureña significa buena suerte.
También enfrentó los problemas cotidianos de este rubro, uno de ellos el mercadeo: “La paga de la leche era bien baja, en invierno la botella la vendía a seis lempiras y en verano a siete. No cubría los gastos de manutención de las vacas”. Sin embargo, un nuevo aire de esperanza llegó con Swisscontact, implementador del Programa ProJoven, financiado por COSUDE, el cual lo introdujo al mundo del emprendimiento.
Oportunidad
“Junto a una veintena de jóvenes, participé en un curso sobre procesamiento lácteo que fue organizado por el Programa ProJoven y DEIT Sur, adquirimos conocimientos sobre cómo emprender un negocio y ahora estoy haciendo uso de estos; también aprendí a hacer un plan de negocios, el cual presenté a ProJoven y obtuve un kit de emprendimiento, que es una descremadora y un molde para queso. Antes, con 30 botellas obtenía 210 lempiras, procesando crema, queso y requesón consigo 600, casi el triple”. Explicó con entusiasmo Onán.