En el 2009 los productores de cítricos de Honduras afrontan la afectación de la enfermedad de los cítricos Huanglongbing (HLB) , en sus plantaciones comerciales y de patio.

El HLB o enfermedad del brote amarillo afecta los árboles de cítricos (naranja, limón toronja y mandarina).

Su afectacion no tiene control, ya que no hay variedades resistentes o tolerantes a la enfermedad. El único control es la siembra de plantas sanas libres de HLB.

Ante la situación el Gobierno de Honduras, con el apoyo del Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (OIRSA) y la cooperación externa de países como Taiwán, empezaron una estrategia de manejo de la crisis, con la ejecución de diversos componentes de tipo legal y fitosanitario, entre otros.

Javier Velásquez, oficial de Sanidad Vegetal del OIRSA, compartió la experiencia de la estrategia que desde el 2013 se ha ejecutado en el país en cuanto al manejo de la enfermedad HLB en Honduras, con viveristas de aguacate para concienciarlos de la importancia de certificar viveros y producir plantas sanas y evitar o minimizar riesgos de enfermedades que pongan en crisis el cultivo de aguacate.

El especialista explicó que las principales acciones para enfrentar el HLB en el país han sido la instalación de 10 viveros con capacidad de 1.2 millones de yemas de plantas sanas de cítricos al año, el montaje de 27 parcelas demostrativas, 50 mil árboles eliminados y 500 mil ectopásitos T. radiata liberados como estrategia de control biológico.

También el fortalecimiento de las capacidades de 7 laboratorios oficiales en diagnósticos de HLB, consolidar al laboratorio molecular de diagnósticos fitosanitarios en Nicaragua como referente en la región en diagnóstico de patógenos.

Otro producto relevante además de la producción de plantas y yemas sanas, es la definición del reglamento para la introducción, conservación, producción, certificación y distribución de plantas de cítricos en viveros y sitios de producción.

Los viveristas de aguacate reflexionaron sobre la importancia de la certificación para garantizar que se lleven al campo plantas sanas de alto potencial genético. El especialista recomendó a los viveristas ser disciplinados en la aplicación de las normas y prácticas tecnológicas para producir plantas sanas ya que conforman parte de un sistema de producción que afecta o contribuye significativamente al desarrollo del cultivo al que se dedican y del país.