Ejemplo de emprendedurismo juvenil
Santa María, Honduras. Desde niña, Diana Carolina Urquía García ayudaba a sus padres en las labores cotidianas de la producción de café, en el municipio hondureño de Santa María, La Paz. Ahora, con 19 años, ha mejorado sus conocimientos sobre el cultivo gracias a las capacitaciones del Programa Centroamericano de Gestión Integral de la Roya del Café (PROCAGICA).
Es egresada del Instituto Técnico Polivalente San José de Cupertino, una de las instituciones educativas que recibió apoyo de PROCAGICA en la instalación de viveros para producción de plántulas de café resistentes a la roya.
“Con el programa hicimos dos viveros, en el primero sembramos 25 mil plantas de café y en el segundo 60 mil, con ello generamos ganancias para el colegio y ganancias del 30 por ciento para nosotros, las cuales invertimos en giras de aprendizaje para el grupo de estudiantes y así ampliar nuestro horizonte de conocimientos”, afirmó Urquía.
“Fui capacitada por el programa en la producción hortícola, con el fin de diversificar las fincas de café y que así los productores aumentaran sus ingresos”, relató.
Gracias a las capacitaciones brindadas por el programa a los estudiantes se logró la siembra de verduras y hortalizas, se instalaron huertos escolares y se facilitó la comercialización de la cosecha en las escuelas, lo que creó mercado y una oferta diversificada de productos.
La joven contó que cuando inició el proceso de enseñanza con PROCAGICA, “nos llevaron a conocer los cultivos con nuestros propios ojos, a poder olerlos y tocarlos. Trabajamos mucho en cuanto al problema de la roya en los cafetales, a cómo poder identificarla, a buscar soluciones”.
“Después de que la roya afectara totalmente una finca tuvimos que diversificarla con otros cultivos, como el pataste (un tipo de chayote) y árboles frutales como naranjos, limones y naranjas agrias, y además yuca, habichuelas, rábano, cilantro y plantas florales, entre otras”, agregó.
Un nuevo emprendimiento
Diana Carolina Urquía manifestó que en la escuela donde estudió se hizo una sociedad con los padres de familia, quienes se convirtieron en proveedores de verduras, y se creó un mercado, pero en él era difícil encontrar la verdura como los patastes, pues no había mucha siembra en el sector y no se suplía la demanda en dicho mercado.
“Decidimos meternos a la siembra de patastes, esa fue una buena opción ya que con las escuelas teníamos mercado. Con PROCAGICA aprendimos cómo manejar el mercado con diferentes perfiles de negocios. Luego nos metidos a la cría de gallinas ponedoras, vendemos huevos, este negocio favoreció a mucha gente en tiempos de la pandemia, ya que ayudó a suplir de alimento de muchas familias”, expresó la emprendedora hondureña.
El negocio familiar de patastes permite sacar semanalmente o cada quince días la cosecha al mercado. Ahora, ella y su familia venden la mayor parte en la comunidad, ya que a causa de la pandemia no hay clases presenciales y no se ha habilitado el mercado de productos en la escuela.
La joven enfatizó que la venta de patastes le ha permitido continuar sus estudios en la carrera de Medicina Veterinaria de la Universidad Nacional de Agricultura (UNA), ubicada en el Departamento de Olancho, y ayuda a su familia a diversificar la finca con otros productos alimenticios como yuca y malanga, y árboles frutales como naranja, limón y naranja agria, además de tener gallinas ponedoras
Diana Carolina se ha convertido en un claro ejemplo para la juventud en las áreas de incidencia de PROCAGICA.
PROCAGICA es impulsado por la Unión Europea (UE) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) en los municipios de Marcala, Chinacla, Santa María y San José, en el departamento de La Paz en Honduras.
La implementación de los sistemas agroforestales que impulsa el programa contribuye a la conservación de la biodiversidad y de los recursos hídricos, así como a la remoción de carbono, facilitando también la adaptación a los impactos del cambio y variabilidad climática en la región.